Pero todo este proceso requiere tiempo, porque los viajeros de Santiago para abajo tienen que descubrir este servicio. Después llegará el aumento de frecuencias y la rebaja de tiempos de viaje.
Estoy de acuerdo. Y creo que coincidimos en que un cambio en la tipología de la oferta (menores tiempos, más frecuencias...) implica una evolución de la demanda (cambio en la tipología de viajero, numero de viajeros...)
Lo que yo creo es que ante el abanico de posibilidades que se abria con la nueva línea, la tipología de oferta escogida ha sido de lo más conservadora. Simplemente se han cambiado la mitad de los servicios que ya existian por otros con trenes más grandes con un tiempo de recorrido algo menor. Trenes más grandes porque es lo que había, si llegan a existir 599 con pantografo no habría 121.
No creo que el servicio en cuanto a plazas este sobredimensionado. Soy usuario habitual y no lo percibo. Además, si antes de el cambio de servicios, cuando solo estaban los 599, no se hablaba de servicio sobredimensionado, no creo que cambiar algunos servicios por 121 destroce el equilibrio.
Lo que yo opino, es que para propiciar esa evolución de la demanda hacia una tipologia de usuarios commuters como bien dices, se debe buscar una oferta acorde a ellos, es decir; enfocada a ofrecer altas frecuencias. Un servicio con el que puedas contar, y que sepas que si te retrasas x minutos por cualquier cosa tienes un tren la hora siguiente por ejemplo. El problema, es que un aumento de frecuencias en este caso conlleva aumentar mucho la oferta de plazas, si. Pero ese es el problema de no tener trenes acordes. La oferta ideal, trenes cadenciados cada hora con menores intervalos en horas punta pero con trenes más pequeños.